Sacsayhuamán es un complejo arqueológico ubicado hacia el norte de la parte alta de la ciudad de Cusco, a solo 1 km de la parroquia colonial de San Cristóbal y a 2 km de la Plaza de Armas. Por lo tanto, sin duda, es uno de los principales lugares que debes conocer si te preguntas ¿qué ver en Sacsayhuamán?. De hecho, ofrece una vista impresionante de la ciudad y, además, conserva vestigios de la majestuosa arquitectura inca, lo que lo convierte en una visita esencial para todo viajero.

Las enormes murallas con bloques de piedra:
Es un misterio aún sin resolver cómo los incas han podido mover inmensas piedras calizas de tantas toneladas que han sido trabajadas y que encastran perfectamente entre sí.



Los torreones Paukarmarka:
Estructuras de forma rectangular que corresponden a fuentes, canales y patios ceremoniales, Muyuqmarka =»Templo del Sol» y Sayaqmarka ,estructura rectangular dedicada a varios cultos



Sus magníficas puertas:
Tío Punku (Puerta del arenal), que es uno de los accesos al Templo del Sol, Wiraqocha Punku (debe su nombre al dios Wiraqocha), Inti Punku (Puerta del Sol) y Rumi Punku.



El mirador.
Uno de los mejores miradores para tener una excelente panorámica desde lo alto de la ciudad de Cusco.



Qhalispukyu:
Era una fuente ceremonial del culto al agua.
Chinkana grande o Piedra Cansada:
Era un centro ceremonial conocido como Qolloqoncho.



El Rodadero Suchuna:
Es un afloramiento de roca intrusiva de diorita verde de origen volcánico.



El maravilloso Trono del Inca:
Una estructura de piedra en forma de asiento con un pulido perfecto.



Los misteriosos túneles:
Llamados “chincanas”. Existen dos, uno pequeño de 15 metros de largo al que se puede ingresar y otro del cual se desconoce su final -algunos dicen que conduce al Qorikancha o Templo del Sol- y está cerrado al público.
Conclusión
Sacsayhuamán no es solo una parada turística, es una puerta al alma del Imperio Inca. Cada muro, piedra y espacio refleja siglos de historia viva.
Recorrer sus recintos, observar sus enormes bloques perfectamente tallados y disfrutar de las vistas del Cusco es una experiencia que conecta pasado y presente.
Si visitas esta maravilla andina, hazlo con ojos curiosos y mente abierta. En cada rincón encontrarás no solo arquitectura, sino también espíritu y legado.